Instrucciones para comer un libro de Cortázar

Dedíquese diariamente a beber la realidad, esto le dará disposición generosa para digerir con alegría las sustancias imposibles de cada palabra, de cada laberinto imaginario que sostiene la urgencia del sueño. Deténgase las veces que sea necesario en la palabra que le genere sobresaltos, no pase la página con gozo efímero, siga la palabrita tímida, la arrogante, pídale explicaciones, no le de tregua, luche con ella, déjela torturada contra la página, la mancha consecuente del suceso secará con los días y sólo quedará el amarillo del tiempo en el papel. Si a usted le gusta la identidad definitiva y fija de las cosas es importante que tenga en cuenta que si va a salir debe llevarse el libro, es posible que en caso de que lo deje en casa, solo con los otros libros, los personajes de las historias intentarán involucrarse con otros volúmenes, tomarán otras palabras y el libro en cuestión tendrá otras imágenes que podrán confundirlo si usted no sabe de estas instrucciones. O puede que, en el peor (o mejor) de los casos, el libro y sus personajes construyan un imperio alternativo de sucesos verídicos con hazañas rutinarias que lo desplazarán de su realidad y usted será cada vez más fantasía que lector. Quizás, ya inmersos en todo este asunto, no habrá importancia en entender los márgenes de las historias, sólo será posible convivir con la ilusión diaria de estar vivos.