Errantes

Todos sucedemos diariamente posibles al error, la aventura equívoca ofrece la senda que conduce a los centros de la libertad. Somos libres porque podemos la decisión de perder la marcha hacia nuestro anhelo. Gusto de los dioses exponerse sin error, pero asunto de mortales aprender del paso falso. No somos la imagen semejante de nuestros ideales, la moral se limita a hacer del error una pena. Es significativo reconocer que oficialmente nos instruye un ideal vertical de hombre, pero ese pensamiento petrificado que se nos plantea para pensarnos no orienta nuestra lucha sensible: aceptar que aprender nos entrega angustias. Educarse es hacerse responsable de cada gesto, es reconocer la inevitable caída en los pantanos de nuestras frustraciones. 

Es principio humano comprender el error más allá de las sensaciones de fracaso. La sustancia medular del individuo es atravesada por la sensualidad del vivir y la limitación del pensar. Hay ideales que yerran nuestro camino terrestre, el hombre se engaña constantemente para vivir. La imposibilidad es la sucesiva tendencia de nuestra condición.