Monólogo de Roger Stephen

I

Sabes algo… yo no necesito compañías. Puedo estar solo por largos tiempos, escuchar música en mi habitación y leer a Vicente Huidobro, salir a caminar y beber cervezas en algún bar, en fin, no te necesito, puedo hacer las cosas sin pensar si tienen sentido o no, sencillamente podría estar bien solo. No pienses que no te valoro, pues eso no es lo que quiero que sepas, debes saber que soy más sensato conmigo mismo cuando estoy solo.

No tienes que hacer nada, puede que me intereses, eres atractiva, pero no sé si eso me sirva de algo. Probablemente hay muchos hombres que podrían encontrarle sentido a su vida estando contigo, disfrutarían de tu sexo, yo mientras tanto podré estar muy tranquilo. Todo esto dicho podrá parecer basura y pensarás en otro tipo de razones que justifiquen esta actitud frente a ti, sin embargo, no tiene sentido terminar contigo para iniciar otro mismo juego, estoy siendo generoso y te estoy diciendo esto para que no tengas imaginarios de mi. Tal vez me muera solo y la vejez no la pueda tolerar, pero qué mejor ejercicio que ser solidario con los demás y dejarles su propia vida acuestas que con ello ya es suficiente, esto puede ser un favor para ti a largo plazo, pero bien, es mi consideración.

No quieres estar sola, lo sé, pero no debes encargarme ese problema, yo no te traje a este mundo, por mi cuenta no existieras. No odio a la gente, ni mucho menos a las mujeres, lo que deberías pensar es que soy considerado con la raza humana y que trato de ser consecuente con lo que está sucediendo, sin embargo puede gustarte este mundo, pero ¿tu vida? No puedes seguir a mi lado, ya tengo todo planeado y no hay espacio para otro cuerpo en esta conciencia. Míralo así: espero que seas feliz, trata de confiar más en ti misma y camina como si no hubiese lugar a donde llegar. No me digas que me amas, ni siquiera estamos seguros de qué hacíamos tanto tiempo juntos, trataré de no reflexionar eso. Además, puedes olvidarme con un helado, o bien, con un viaje a la capital, trata de no repetir nuestros lugares comunes y listo. A partir de esta noche dormiré solo. No pienses más que debes estar conmigo, es absurdo. Ya te he dicho que no te puedo ayudar, nadie necesita ayudar al otro.

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II

El cosmos es grande y yo estoy solo. Voy de lugar a lugar como una partícula que no altera el ritmo de las cosas. Me llevo a pasear por los bulevares de la ciudad y no sé por qué las personas están acompañadas. Los miro y no logro captar la dinámica del asunto, el uno llama al otro y se ponen de acuerdo para salir, estrategias para sobrevivir, pienso.

Caminan abrazados y aún los veo solos, siguen estando realmente solos, dónde colocamos tantas soledades, pues ya no caben en la violencia ni en los absurdos de la vida. Partículas de un universo que tal vez está solo, la soledad no es infinita, es la pureza de lo siniestro, lo sensato y exquisito. El tejido del mundo no es la humanidad, todos carecen de resistencia, nada nos cubre, toda valoración humana es precaria. La aventura no siempre es posible cuando tienes a dónde llegar, hay que perderse y ver el patio, entrar por atrás sin tanto ruido, lo real es la pretensión del hombre atormentado por sus propias incertidumbres. Octavio Paz alguna vez escribió: La soledad es el hecho más profundo de la condición humana. El hombre es el único ser que sabe que está solo.Yo estoy solo ahora y pienso en estas cosas, no sé a dónde llegar, no sé qué quiero, a veces una ventana y la lluvia me salvan, a veces aquella flor que se desarma cada día frente a mí. No confirmo mi presencia, en alguna puerta me llaman, me dicen: que tu vida..., que tú…, que lo tuyo…. No he dicho presente, a penas estoy mirando el entorno, pasividad que me gana, que no entiendo, tranquilidad que sueño y el mundo es de cemento, de ruido y soledad. ¿Dónde colocar tantas soledades? Van tomados de la mano y no son prudentes con su soledad, es mejor descubrirse solos antes de perderse en el otro.