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9 de abril de 2008

Reflexiones I

No se entiende la vida. No se comprende. La vida del mundo puede que sea una multiplicidad de hechos dados sobre la condición del eterno movimiento del mismo mundo, determinado movimiento que no excluye lo intangible y se desplaza hasta las dimensiones de lo fantástico. La vida del hombre, quizás, es la existencia orgánica de un ser que habita y se reconoce dentro del mundo en la dinámica de la relación entre los hechos y los otros hombres. Todo lo anterior implica una serie de cosas (historia, ciencia, religión) que no son fáciles de digerir porque el papel de descifrar todo esto le ha correspondido al mismo hombre. La mirada del hombre no es suficiente para determinada tarea. No quiero sugerir nada, no intento hacer un postulado ni tampoco una teoría que permita comprender todo esto que ha sido la vida del mundo hasta ahora. Tal vez, algún pequeño dios soplón llegue por acá y nos revele su mirada panorámica de toda esta novela histórica.
No es un problema lo que trato de identificar, pues no lo hay, los problemas son herramientas básicas para poder hacer algo sin que te digan ocioso. El mundo no es que esté bien o mal, lo bueno y lo malo es una división muy apresurada para la comprensión de esta novela histórica del mundo, lo fundamental aquí es ver y decidir o escoger, hay opciones para todos. Mi sugerencia es no hacer divisiones apresuradas, aquí lo que soy; allá lo que no soy, a veces miramos de reojos otras cosas, no lo neguemos, hay para todos los gustos. El conflicto que enfrentan algunos es que si en realidad son libres como para poder estar escogiendo, la respuesta está en la voluntad de cada quién, esa es la que patrocina cada acto posible o no debido del hombre. Somos tenaces, lo suficiente como para terminar con la vida de este mundo y mudarnos para otra parte, nos vamos con la hoja y el lápiz a otro lugar a seguir con nuestra historia, con nuestra novela. Lo que me incomoda a veces es que los humanos no somos consecuentes con lo que somos, tratamos de contradecir nuestra mismas condiciones asegurando que hacer lo indebido es un descaro del hombre y que no es apropiado, pero en el fondo de toda esta novela hay unas acciones que destruyen todo esto lo que tenemos y lo disfrazan con un discurso y lo articulan como si fuese un correcto funcionamiento de las cosas. Nos queda poco tiempo muchachos para disfrutar y ser conscientes de que la empresa para esta historia es no ser un personaje real, considero que la clave aquí es ser una gran ficción, puesto que la verdad y la realidad han sido un invento lo suficientemente efectivo para darnos todas las ventajas de ser alguien y estar en la dinámica de una digna vida social, lo cual ha sido una gran broma pesada por parte de nosotros mismos. Seamos unos personajes de ficción de los cuales no se asegura su existencia, no juguemos a ser tan reales, la realidad ha sido tan vergonzosa que la novela se está pareciendo más a una comedia protagonizada por nosotros mismos.

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